IU Y PCE CONDENAN LAS AMENAZAS REALIZADAS CONTRA EL CONCEJAL GUILLERMO UBIETO Y
EL CLIMA DE CRISPACIÓN PROPICIADO POR EL DISCURSO DE LA EXTREMA DERECHA
Durante los últimos meses hemos asistido a una escalada en la
agresividad del discursos de la extrema derecha y consideramos un error atribuir
esta situación a un fenómeno coyuntural achacable a la crisis derivada de la
pandemia COVID-19.
Tan sólo dos días después de conocerse los resultados de las elecciones
generales del 10N (cita en la que la extrema derecha irrumpió con fuerza en el
parlamento) apareció en la sede de IU y PCE, un calendario con las imágenes del
yugo, las flechas, Franco, Primo de Rivera y el lema “Arriba España”. La cosa no quedó ahí, pues coincidiendo con los
días en los que la dirección local de IU celebra su reunión semanal, la misma
tarjeta de presentación aparecía, y así hasta en cuatro ocasiones.
Le siguieron dos actos vandálicos en el monumento a Pasionaria situado
en el Parque Dolores Ibárruri, manchando de pintura roja la placa del partido
comunista o plasmando mensajes insultantes. Otros murales de la ciudad como los
situados en el Centro Cívico corrieron misma suerte.
Y empezaron a subir el tono en redes sociales, reproduciendo el mantra
del mensaje de odio de vox que pone el foco en colectivos minoritarios a los
que culpa de todos los males: inmigrantes, colectivo lgtbi, gente de
izquierdas, del mundo de la cultura etc. Y ahora asistimos a la cristalización
de un camino trazado cuyo rastro podemos seguir a través de los hechos
descritos.
Estas amenazas deben ser consideradas como un peligro social, un ataque
a las bases de la convivencia y no se pueden entender sin contextualizarlas en
un clima creado de forma deliberada y premeditada. Cuando se pacta con la
ultraderecha en las instituciones, cosa que no pasa en otros países de Europa,
se normaliza su discurso, ayudando a percibir su mensaje como legítimo.
Y no, no todo es legítimo, porque poner el foco sobre colectivos
vulnerables indefensos, negar realidades tan crueles como la violencia de
género o banalizar conceptos tan serios como “golpe de estado” poco tienen que
ver con proponer un proyecto de sociedad, sino un ataque directo a los
principios democráticos.
No se puede normalizar ni justificar un mensaje impregnado de odio, ni
la estrategia de confrontación y crispación social, porque cuando se tensa
tanto la cuerda se acaba rompiendo, y hay personas de extrema derecha que se
sienten alentadas, legitimadas, a cruzar las líneas que dicho discurso ha
difuminado paulatinamente.
Hoy han amenazado a Guillermo, una persona públicamente conocida y
expuesta, pero ¿cuantas personas anónimas habrá o estarán hoy sufriendo
diferentes muestras de rechazo o intimidación fruto del clima de crispación alimentado
por la ultraderecha?
Nos preocupa y condenamos las amenazas a nuestro compañero, tanto él
como las acciones legales emprendidas, tienen todo nuestro apoyo. Si bien nuestra
responsabilidad nos lleva a ir más allá, condenando todo ataque a las
libertades y derechos de cualquier vecino y vecina de Miranda, pues subyace un
trasfondo mucho más grave, la consolidación de un fascismo pueril que se
empieza a colar por las grietas quebrando la convivencia.
Hacemos un llamamiento a la responsabilidad, a no entrar en
provocaciones, nuestras ideas no nos permiten rebajarnos a este nivel y
animamos a la sociedad civil a combatir el fascismo con la palabra, la
solidaridad y el apoyo mutuo. Hace poco nos dejó Julio Anguita, hombre de paz,
pero su legado y el de tantos y tantas otras luchadoras debe perdurar, lo
contrario sería alimentar ese monstruo nostálgico de un pasado oscuro, y por
ende, fallarle a la sociedad.
No queremos tampoco dejar de reconocer y agradecer las muestras de apoyo
y afecto recibidas por grupos políticos de todo signo y color, del tejido
social y de numerosos/as vecinas de nuestra ciudad.
Parecen escritas para nuestros días las palabras del dramaturgo antifascista
Bertolt Bretch, es la misma lacra que hoy asoma la que él tuvo que enfrentar en
la Alemania nazi
Primero
se llevaron a los judíos, pero
como yo no era judío, no me importó.
Después se llevaron a los comunistas, pero como yo no era comunista, tampoco me importó.
Luego se llevaron a los obreros, pero como yo no era obrero, tampoco me importó.
Más tarde se llevaron a los intelectuales,
pero como yo no era intelectual, tampoco me
importó.
Después siguieron con los curas, pero como yo no era cura, tampoco me importó.
Ahora
vienen por mí, pero es demasiado tarde.
IZQUIERDA UNIDA MIRANDA
PCE
MIRANDA DE EBRO
En Miranda
de Ebro a 21 de Mayo de 2020